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Tú que nunca
serás
Sábado
fue, y capricho el beso
dado,
capricho de varón, audaz y
fino,
mas fue dulce el capricho
masculino
a este mi corazón, lobezno
alado.
No es
que crea, no creo, si
inclinado
sobre mis manos te sentí
divino,
y me embriagué. Comprendo
que este vino
no es para mí, mas juega y
rueda el dado.
Yo soy
esa mujer que vive alerta,
tú el tremendo varón que se
despierta
en un torrente que se
ensancha en río,
y más
se encrespa mientras corre y
poda.
Ah, me resisto, más me tiene
toda,
tú, que nunca serás del todo
mío.
Alfonsina Storni |
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